UN TIO CON MALA SUERTE.
"El que nace gilipoyas muere gilipoyas". Eso decía mi tío, y siempre sospeché
que lo decía por mí. El caso es que un día estaba yo en el callejón con unos
coleguitas fumándome unos petas y llega la pasma, me trinca, me pega un par de
hostias y me pone en una rueda de reconocimiento. Y una tía pija guarra dice
que yo fui el que la violé. ¡Yo, que lo único que hago es hacerme pajas! Bueno,
menos cuando me la mamó la Bernarda en la escalera del castillo, aquella noche
de verano, después de que pasara la procesión, cuando ya se había ido la gente, aunque de eso hace mucho tiempo. Total, que me caen por la cara 10
años. Y al poco de estar en el talego llega uno y me dice que la tía esa le ha
clavado unas tijeras en el corazón al que la violó. ¿Y qué hago yo ahora?
Podría meterme en líos de abogados, pero en este país la justicia es un cachondeo,
como dijo aquel, y además ya me he acostumbrado al jaco; lo que pasa es que me deja muy tirado y sin ganas de líos, y después
de todo aquí no se está tan mal, total ,para lo que hay fuera.
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